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Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos 2025

Cada 7 de junio, el mundo conmemora el Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos, una fecha que nos recuerda que garantizar alimentos seguros no es solo un reto técnico, sino un compromiso ético y social.

Este 2025, el lema propuesto por FAO y OMS es claro: La inocuidad alimentaria: la ciencia en acción. Un llamado a aplicar el conocimiento científico para prevenir riesgos, proteger la salud y fortalecer sistemas alimentarios sostenibles.


Inocuidad: Ética, conocimiento y compromiso

Como profesionales del sector alimentario, este día representa una oportunidad para mirar hacia adentro, cuestionar nuestras prácticas y renovar nuestro compromiso con la salud pública y el desarrollo sostenible.

Más allá de la ciencia, la inocuidad alimentaria se sostiene en el compromiso de personas éticas, profesionales dedicados y líderes que hacen de la mejora continua una forma de vida.

La Inocuidad Alimentaria es una responsabilidad Colectiva. Muchos sectores han profesionalizado la inocuidad alimentaria, y eso es positivo. Sin embargo, a veces, en medio de certificaciones, auditorías y consultorías, se corre el riesgo de perder de vista el propósito fundamental: proteger la salud de las personas.

La inocuidad alimentaria va más allá de cumplir auditorías o buscar un beneficio económico; es una responsabilidad compartida por todos los actores de la cadena de suministro, desde la producción primaria hasta el consumidor final, con el propósito fundamental de proteger la salud de los consumidores.

Quienes capacitamos, asesoramos y auditamos tenemos una gran influencia sobre cómo se viven estos principios en las diferentes fases de la cadena alimentaria. Lo que enseñamos, cómo lo enseñamos y el ejemplo que damos, deja huella.

 

Los líderes forman líderes


No se necesitan personas que sigan instrucciones de manera automática. Necesitamos líderes con pensamiento crítico, que cuestionen, que analicen, que se anticipen a los riesgos y que tomen decisiones con criterio técnico y ético.

Esto implica transformar la manera en la que formamos al personal: dejar atrás los cursos repetitivos y apostar por procesos de aprendizaje que promuevan el análisis, la participación y la mejora continua.

Formar líderes en inocuidad significa cultivar personas que no solo cumplan con una norma, sino que sientan la responsabilidad personal de asegurar la inocuidad de los alimentos que pasan por sus manos.

Un verdadero líder forma líderes. La función de quien capacita o asesora no es buscar protagonismo ni reconocimiento, sino facilitar procesos de desarrollo, compartir conocimiento con responsabilidad y ser percibido como un aliado en el crecimiento profesional de los demás, no como una competencia. No se trata de posicionarse como poseedor de la verdad absoluta, sino de ejercer un liderazgo técnico y humano, fundamentado en la escucha activa, la colaboración profesional y el compromiso con la mejora continua.

Cultura de Inocuidad


Cuando hablamos de cultura de inocuidad solemos enfocarnos en las empresas, en sus políticas, en su personal operativo.

Pero, ¿cuántas veces reflexionamos sobre nuestra propia cultura como profesionales del sector?

La cultura se transmite con el ejemplo. Si exigimos compromiso, debemos demostrarlo. Si hablamos de mejora continua, debemos asumir que no lo sabemos todo. Si promovemos ética, debemos actuar con transparencia y respeto. En cada auditoría, en cada curso, en cada visita técnica, estamos sembrando ideas. La pregunta es: ¿qué tipo de ideas estamos sembrando?

El 7 de junio no debería ser solo un motivo de felicitación o de publicaciones conmemorativas.

Es, sobre todo, un buen día para hacer una pausa y preguntarnos:

  • ¿Estoy realmente aportando al fortalecimiento de la inocuidad alimentaria?
  • ¿Estoy contribuyendo a formar profesionales íntegros?
  • ¿Estoy abierto a seguir aprendiendo y mejorando?

Porque la inocuidad no se garantiza solo con procedimientos, se garantiza con personas comprometidas, que actúan con ética y que entienden el valor de lo que está en juego: la salud de los consumidores y la confianza en los sistemas alimentarios.


ASPISA

En ASPISA creemos que la diferencia no está solo en lo que se enseña, sino en cómo se transmite y para qué se hace.

No buscamos ser uno más en el mercado de servicios. Nuestra propuesta va más allá de lo convencional: aspiramos a contribuir a la transformación de las personas, las organizaciones y la cultura de inocuidad en su conjunto, a través de:

  • La promoción de un conocimiento técnico sólido, respaldado por la ciencia y la experiencia.
  • El fomento de una reflexión crítica que permita cuestionar, mejorar y evolucionar los sistemas de inocuidad.
  • El impulso de un compromiso auténtico, ético y humano con la inocuidad alimentaria, desde el rol que cada persona desempeña en la cadena productiva.

Hoy, Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos, te invitamos a ver más allá de tu rol técnico o profesional. Te invitamos a reafirmar tu compromiso, a actuar con ética, a compartir lo que sabes, y sobre todo, a seguir aprendiendo. Porque la inocuidad es ciencia, sí. Pero también es ejemplo, servicio y vocación.

Oscar Moreno Domínguez

ASPISA